Por Pedro José Franco López
Técnico en Patrimonio Histórico y Cultural
Roque Nublo de Gran Canaria/2020
Lo que sí pretendemos es aprovechar la oportunidad que se nos ofrece este año, para conmemorar y homenajear la “quijotada” que emprendieron en 1974 -Bodas de Oro de aquella hazaña-, un grupo de empresarios entusiastas y comprometidos con el devenir de una industria turística, que contaba tan sólo con 10 años de vida.
La iniciativa surge dentro del CITE de zona e inmediatamente fue asumida por el Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana, consciente de la necesidad de una Promoción Turística de envergadura que permitiera además ofrecer unas distracciones muy merecidas a los trabajadores del Sur de Gran Canaria; para lo que convoca a un grupo de empresarios, a fin de valorar la celebración de un Carnaval en Maspalomas, pese a las prohibiciones; eso sí, “disfrazado” -y valga la redundancia-, bajo el epígrafe de “Fiestas de Invierno”, tal como se venía haciendo desde años atrás, en los ayuntamientos de Santa Cruz de Tenerife y el Puerto de la Cruz; una “pica en Flandes”, de la que se cumplen 50 años por estas fechas.
ANTECEDENTES.
Para los más jóvenes, aclarar que el Carnaval, propiamente dicho, estaba prohibido en Canarias, por el Régimen Político de entonces, desde el año 1936, en que da inicio la Guerra Civil Española; y el pueblo, los teatros y sociedades de la isla, trataban de camuflarlo ante la autoridad competente, con el nombre de “Fiestas de Invierno”, para burlar la férrea persecución que hacía a estos festejos el Gobierno Civil.
Y es que, mientras los chicharreros tuvieron a favor el tener por esa época unos Gobernadores Civiles que se dejaron “engatusar”, contaban también con un Obispo, Monseñor Pérez Cáceres, que concedía alguna que otra permisividad. En Gran Canaria, sufríamos los rigores del Obispo Monseñor Antonio Pildain y Zapiain (el que había intentado dividir la Playa de las Canteras en dos, una parte para hombres y otra para mujeres) y, en cuanto a los Bailes, sobre todo los de Carnaval, lo de -bailar pegados-, ponía hasta el límite de los nervios al buen hombre.
SOCIEDAD DE PEDRO VEGA, EN EL TABLERO.
En los 60 y 70 se organizaban unos grandes Bailes de Carnaval, famosos en todo el Sur de la isla, en la Sociedad de Pedro Vega del Tablero; allí se concentraban todas las Máscaras del Sur de la isla y algunos grupos organizados de Parrandas de Mascaritas; los más afortunados, si no tenían novia formal y contaban con algún amigo que tuviera coche, se iban a Agüimes, indudable cuna del Carnaval rural y/o antiguo de Gran Canaria.
Era frecuente tropezarte con una particularidad muy curiosa; y es que, en Sociedades de otras partes de la isla, las mascaritas se tenían que desenmascarar en lugar aparte, para identificarse ante la Policía; en el Tablero también se hacía -en el interior de la Taquilla-, pero por distinto motivo: para ver de que sexo realmente eras, ya que las mujeres no pagaban la entrada y los hombres sí; pero esa es otra historia.
Aquel intento de hace 50 años -aunque efímero total-, ya que se hizo sin ambición y con más ilusión que medios; tuvo como principal hándicap el que surgió sin intervención ni participación popular, incuestionable cuando de un Carnaval se trata.
Abundando en el tema que nos ocupa, esta proeza, es aún más de alabar y homenajear, pues la iniciativa fue pionera en la isla de Gran Canaria, ya que en Las Palmas de Gran Canaria, se iniciaron los trámites, para celebrar el Carnaval, en 1975, ya fallecido el Generalísimo; se crea un Patronato del Carnaval en 1976 y, se celebró el primer Carnaval (aquel que arrancó desde la Isleta) en 1977 y pervive hoy en día aquella mítica estrofa: “Ahí vienen los Carnavales por la punta de la Isleta, el que no quiera celebrarlos que se vaya a la gran puñeta”.
Aún así, queda dicho a todos los navegantes que: la primera experiencia de Carnaval o Fiestas de Invierno, en la isla de Gran Canaria, aunque frustrada, fue en Maspalomas.
Lo cierto es que, coincidiendo con las fechas oficiales del Carnaval, se celebran en Maspalomas unas “Fiestas de Invierno”, para lo que se crea una comisión y se reparten tareas, que las emprenden con ilusión, sabedores de que era preciso que este primer paso, debía ser fuerte y sólido, para continuar celebrándose unas Fiestas de mayor trascendencia en el futuro.
Francisco Crusat López, que ejercía de Interventor del Ayuntamiento, asume gestionar la financiación de los actos y, curiosamente -hoy impensable-, vemos como, casi a página completa, el periódico El Eco de Canarias de 23 de febrero de 1974, detalla minuciosamente cómo se financiaron las Fiestas, cuales fueron los ingresos, las fórmulas para recaudarlo y, cómo se distribuyeron.
Así tenemos que el presupuesto ascendió a la cantidad de cuatro millones doscientas treinta y seis mil pesetas, cantidad en la que no se incluye la valoración de numerosos servicios realizados gratuitamente por los industriales de la zona, como cocktails, hospedaje para visitantes, camiones, operarios, etc.
Para obtener esta cantidad se llevó a cabo un pequeño plan financiero cuyos aspectos más importantes vienen a ser los siguientes: La aportación del Ayuntamiento que asciende a un millón setecientas mil pesetas, se destina íntegra, a la financiación del I Rallye Automovilístico de Maspalomas (del que también se cumplen sus Bodas de Oro por estos días) y la aportación voluntaria de los industriales de la zona estaba calculada en ochocientas mil pesetas.
El resto de la financiación se proyectaba recaudarla con la contribución de los establecimientos hoteleros a razón de 10 pesetas por cama, las salas de fiestas tres mil pesetas; los Restaurantes dos mil pesetas; comercios en general mil pesetas y establecimientos bancarios diez mil pesetas.
La aportación de las empresas urbanizadoras se establecía en la cantidad de doscientas mil pesetas; de las empresas proveedoras de productos por publicidad y exclusiva de venta se espera obtener la cantidad de cuatrocientas mil pesetas; de taquillaje por espectáculos ochocientas mil pesetas; por la explotación de un bar doscientas mil pesetas y el resto de pequeños y diferentes ingresos.
CARTEL ANUNCIADOR Y PROGRAMA DE ACTOS.
Un
capítulo importante del Presupuesto fue el dedicado a la publicidad
y promoción al que se dedicaron unas Cuatrocientas mil pesetas,
confeccionando un Cartel atractivo y sugerente, dónde una chica
muerde una manzana, con las Dunas de Maspalomas de fondo y un
Programa de Actos, con saluda del Alcalde
Enrique Jorge
del
que se editan 21.000 ejemplares; que
incluso contenía un Prólogo de exquisita y bella
prosa de Josefina
Mújica,
que consistía en todo un cántico a la canariedad del municipio
tirajanero; textos que casi con toda seguridad formaban parte también
de su obra literaria “Cuentos
de mi Tierra -Homenaje a Pancho Guerra”,
con la que ganó, también en 1974, el I
Premio Literario Pancho Guerra,
que
convocara el Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana.
Además, dejar constancia que estos festejos también tuvieron Pregón, que retransmite las ondas de Radio Atlántico y que estuvo a cargo de Xavier Palín, de nacionalidad sueca y guía de profesión; hablaba perfectamente siete idiomas y fue el auténtico pionero de los programas informativos para extranjeros en Gran Canaria, a través de varias emisoras en la capital de la isla y el sur grancanario; por todo eso y por sus servicios desinteresados al pueblo tirajanero, en el año 2001, el Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana, le distingue como Hijo adoptivo del Municipio.
Y, como colofón a todos los actos, el lunes, 25 de febrero, se celebró una Cena de Gala y espectacular Fin de fiestas, en el Hotel Beverly Park, en la que se se entregaban los Trofeos del “I Rallye Turístico de Maspalomas”, al precio de 800 pesetas y a la que había que asistir en traje de gala.
CARPA DE CIRCO.
Al no existir en Maspalomas un local para la celebración de actos que requerían espacio cubierto, que se pudiera cobrar una módica entrada y con aforo de unas dos mil personas, se acudió a la contratación de una Carpa de Circo, que se instaló frente mismo a dónde hoy el Hotel Buenaventura y, en el solar, dónde ahora los Bungalows Parque del Paraíso-II.
CABALGATA
De esta sencilla y entrañable Cabalgata se grabaron imágenes por “NO-DO”, que se exhibieron en todas las pantallas cinematográficas españolas.
ORGANIZACIÓN
Destacar que si bien el alcalde titular de la época era Enrique Jorge García, al estar enfermo le sustituía Enrique Velando Casteleiro, aunque José Macías del Toro, también alcalde accidental meses antes, abría la Cabalgata sobre un elegante corcel blanco.
De la Comisión Organizadora nombrada al efecto y que hicieron posible aquella hazaña; destacar a Andrés Martínez, (Director de la Sala de Fiestas del Beverly Night Club); Pepe Nieto, director del hotel Sáhara Playa; Bienvenido Angulo (Presidente Del Club de Lucha Maspalomas); Antonio Santana (dueño del Restaurante Casa Antonio); Raimundo Macías, Funcionario Mpal.; etc.
I RALLYE DE MASPALOMAS.
Estuvo organizado por la Escudería Drago, que presidía Juan José Alonso Prieto; y, Miguel A. Domínguez que, en el I Rallye, ejercía de asistente a los equipos participantes; en 1985 fundó la Escudería Maspalomas, que rige los destinos del Rallye Maspalomas hasta día de hoy, ejerciendo él mismo como Presidente.
Huelga decir que la dilatada historia de este histórico Rallye, merece que, su 50 aniversario, cuente con reportaje aparte y exclusivo.
Sólo nos queda felicitar y agradecer a todas y cada una de las personas que, con gran tino y atino, dieron el pistoletazo de salida, hace medio siglo, a lo que hoy llamamos, mejor dicho, llaman: Carnaval Internacional de Maspalomas.
INFORMANTE: ANDRÉS MARTÍNEZ AYLLÓN.
La casualidad hace que una semana antes de que el alcalde tirajanero convoque a distintos empresarios para tratar sobre la celebración de una Fiestas de Invierno, Andrés conociera a Hernando Cortés, que era propietario de dos Carpas de Circo; propone en la reunión alquilar una de ellas, la comisión lo acepta y, en tándem con el empresario Pepe Nieto, director del hotel Sáhara Playa, -su amigo y compadre- y, como si de una productora se tratara, se responsabilizan de todas las actividades artísticas de los festejos: contrataciones, infraestructuras, escenarios, etc.
El alquiler de la Carpa no le resulta coste alguno al Ayuntamiento, pues según nos cuenta Andrés Martínez, lo pagó de su propio peculio; Cortés le cede además un Camión de Luz y Sonido, y es así como, quitándole las gradas a la Carpa, la convierten en una gigantesca sala de Fiestas, dónde se celebraron toda clase de actividades y espectáculos.
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