BARRANCO HONDO, EL ARCO Y
LAS TORRETAS
DE LOS ALTOS DEL CORONADERO.
Por Pedro José Franco López
Roque Nublo de Gran Canaria 2020
Cada día queda
más de manifiesto que, el Macizo de Amurga, en San Bartolomé de Tirajana,
contiene una gran cantidad de vestigios del pasado aborigen canario, que se
esconde a lo largo, ancho y, sobretodo alto, de Barranco Hondo; y, lo mejor que
podemos hacer, a veces, es simplemente mostrar y recordar su existencia, que es
lo que tratamos de hacer con esta modesta aportación.
Barranco Hondo es uno de los barrancos
más hermosos de la isla de Gran Canaria, se trata de un profundo tajo,
hendidura o grieta -son algunas de sus definiciones más populares-, desgastado
y erosionado por el paso del tiempo y que parte en dos el macizo de
Amurga a lo largo de diez kilómetros; tiene su cabecera en las cimas de Amurga
y Garita, a mil metros de altitud, y desemboca en la Playa del Cardón, cerca de
la Punta y Playa de Tarajalillo y su recorrido no puede hacerse íntegro por el
cauce, al existir un caidero imposible de superar en la cota aproximada de los
cuatrocientos metros, debiéndose retornar nuevamente por el mismo camino hasta la
entrada de la galería.
Por el
margen izquierdo del barranco se sigue un antiguo camino que luego cruza varias
veces a uno y otro lado, hasta llegar a dos puntones:
Uno de ellos "Los
Salineros", -que da a la costa- coge su nombre del uso que
hacían de él los trabajadores de Las Salinas de Juncalillo, ya que desde allí,
se divisaba perfectamente la llegada de los barcos que pirateaban la zona.
El otro, "El
Coronadero", es un impresionante farallón rocoso de 200 metros de altura, rodeado
de imponentes precipicios, en un paisaje incomunicado, salvaje y peligroso, con
abruptas paredes de roca que asemejan a arcos ojivales y torres de una catedral
gótica, todo marcado por el color rojizo producido por la oxidación del hierro
de las rocas fonolíticas.
"Arco
del Coronadero"
es el topónimo con el que se conoce un impresionante doble arco natural de
piedra, situado en el lomo homónimo junto al cauce del barranco; el llamativo
hito geológico, adquiere su magia total con la Vía Láctea de fondo, obra del
prestigioso fotógrafo César Kano, al que agradecemos su gentil cesión. probablemente
el topónimo tenga su origen en el llamado Alto del Coronadero.
Quizás
fuera esta contemplación la que inspiró a los aborígenes canarios, para que,
justo enfrente a tan singular Arco, crearan en lo alto de una imponente cresta
que emerge de entre dos profundos barrancos: "Altos
del Coronadero"; formación rocosa gigantesca, totalmente inaccesible
-con forma de fortaleza-, un singular yacimiento arqueológico formado por 36
torretas de forma cilíndrica, muy bien conservado, gracias a su aislamiento y
mimetismo con el paisaje.
Hablamos
de las "Torretas
del Coronadero", construidas por apilamientos de lajas de
fonolita, estas torretas están rematadas con piedras hincadas, cada una
orientada en diferentes direcciones y que, entre sí, difieren en tamaño y
diámetro, se alinean ocupando toda la superficie de la reducida plataforma en
que termina dicho roque.
Continúa…
Re-editamos un fragmento de la publicación del
"Diario de Avisos", de 23-agosto-2020, en el que tratábamos sobre
Barranco Hondo, su legendario Arco de Coronadero y sus indígenas Torretas.
Como sabemos éstas páginas fueron fruto de la
colaboración que mantuvimos con el Proyecto
Cultural/Asociación Cultural Pinolere y, la sección dominical del "Diario de
Avisos", llamada "La Tronera", coordinada por Rafael C. Gómez León, director de la Revista "El Pajar" -Cuaderno de
Etnografía Canaria".
Por nuestra parte, abogar para que, mejor hoy que mañana, el
Macizo de Amurga, más concretamente Barranco Hondo, sea declarado Parque
Nacional, y su estatus legal, proteja y conserve su riqueza y valores en flora,
fauna, geología e historia, no sin antes realizar los trabajos de investigación
previos, que ubiquen éstas también "Montañas Sagradas" en el
reloj prehispánico del Carbono 14 grancanario.