"El Miano" (variante de la palabra "médano"), era una enorme duna que había frente mismo al Poblado de San Fernando, aislada totalmente del campo dunar, dónde el chiquillerío del pueblo se divertía y daba interminables volteretas desde la cima a la base. Era una gran diversión.
viernes, 8 de marzo de 2019
miércoles, 6 de marzo de 2019
CÉSAR MANRIQUE EN EL CARNAVAL DE MASPALOMAS
Por Pedro José Franco López
Autor del Libro: "MASPALOMAS: EL CARNAVAL
En el "Año de César", en el que se conmemorara el Centenario del nacimiento de César Manrique (24 de abril (1919/2019), rescatamos la foto tomada en las inmediaciones del Parque Tropical de Playa del Inglés-Maspalomas, momentos antes que se diera el pistoletazo de salida a la Cabalgata del Carnaval de Maspalomas/1986.
En la foto publicada como entrada del apartado de "Disfraces" del Libro "Maspalomas: El Carnaval", aparece César Manrique acompañado de Pepe Dámaso, en animada cháchara con "Fidel Castro" y "Ronald Reagan".
martes, 5 de marzo de 2019
EL CARNAVAL, VISTO POR PANCHO GUERRA - I
Por Pedro J. Franco López.
Compendio de
las andanzas carnavaleras de Pepe Monagas.
Compendio de
las andanzas carnavaleras de Pepe Monagas.
Por Carnavales, recurrimos a aquella
modesta publicación de las Obras Completas de Pancho Guerra, que editara en
1976 el Plan Cultural de la Mancomunidad de Cabildos de Las Palmas y el
Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana.
Aquella edición, dirigida por
Agustín Millares Carló, (ahora mismo, de coleccionistas) constaba de cuatro
tomos, dibujos de Felo Monzón, Eduardo Creagh y Eduardo Millares (Chó-Juaá), y
fueron apareciendo entre los ejercicios de 1976 a 1978.
Como no podía ser menos, Pancho Guerra, "El
más alto representante de la literatura popular canaria de todos los tiempos”, como
se le denomina en el documento de Yolanda Arencibia: “Pancho Guerra o el amor a lo
propio”, también dedicó su pluma a la más popular de las fiestas
canarias: El Carnaval y, para ello como siempre, echa mano de su personaje de
ficción: Pepe Monagas.
Y, como las fechas mandan, nos hacemos eco de dos historietas
relacionadas con el Carnaval: "De
cuando Pepe Monagas le destupió el "vate colose" a un inglés en Lunes
de Carnaval" y "De cuando Pepe Monagas se
disfrazó".
En esta entrada de Blog nos vamos a referir a la
primera de ellas:
"De cuando Pepe Monagas le
destupió el "vate colose" a un inglés en Lunes de Carnaval"
En esta historieta, Pepe Monagas empieza a
"turistear" e "internacionalizarse", haciendo alusión al
turismo inglés, decía así hablando de la Fiesta:
"aquello era el disloque, sin exagerar tanto así
(...) la batahola callejera, que llevaba y traía mareas de gente ensabanada, o
vestida con camisones de dormir del tiempo del Pendón y rengues de esos baúles
llenos de maripositas que hay en los cuartillos de la azoteas de cada casa,
solía aparecer de pronto el grupo de templarios de buen humor, que se ataviaba
con los trapos más absurdos de este mundo y los elementos más imprevistos:
collares de ajos y cebollas, calabazas, ratones atados y decorando un sombrero
antiguo de señora, jaulas con un báifo dentro... que pegaban a pizquiar a la
prima noche del sábado y ya no soltaban la chispa hasta el Miércoles de Ceniza,
después de las doce dadas por la Catedral. ".
Y, en el desarrollo de la historia, nos cuenta
que: Cierto lunes de Carnaval, estando Monagas metido en farra hasta las mismas
corvas, pasó algo en cierta casa inglesa de la localidad, que le interrumpió a
mi compadre el tenderete y que dio ocasión a uno de sus mejores golpes.
Resulta de ser que se le tupió el excusado, retrete o
"vate colose", como decía Pepe cuando se ponía fino, a un inglés
radicado en la ínsula y bien agarrado a ella por su boda, sus negocios y el
gusto que le cogió al temple propio de nuestro clima. Las criadas metieron unos
palos, alguna verguilla torcida y tal, jurgaron y nada. Trancado, como si de
tunos se tratara. Pegó a correr el mal olor y a invadir la casa, que hasta una
criada bobona de la cumbre que tenía lo notó. Y ello ya era el colmo de la
"apeste", como la sirvienta decía con la nariz como una papa de
riñón:
-Sale ousté a la calie e busca oun hombri qui sepa
elli destoupigrrr la retretou-, ordenó el Míster a una sirvienta, que era del Risco
ella.
Se tropezó a los diez pasos con mi compadre, que
pasaba con un requinto atravesado, los ojos en blanco y un gusto de juerga en
la boca como un lamedor. Ella sabía que Pepito era bien amañado y le habló
¿Qué dises tú? ¿Hoy, lunes de Casnaváa, y como yo
estoy a limpiá retretes...? ¡Tú te has jas vuerto loca?
Ande, cristiano, no sea majaero, y se gana unas
perritas, mire que es ca ingleses...
Monagas se animó, fue, jurgó, metió manos, largó agua,
volvió a jurgar... y al fin jaló por la cadena y el agua corrió que daba gusto.
Se lavó y tal.
¿Couanto esss...? preguntó el inglés. -Pos...-Monagas
se rascó el cogote-. Deme estooo... deme siete duros y no tiene
naa que desüi...
Whot?, resolló el míster pegado a la pared. Y es que eran
siete duros de entonces-. ¿Y disa ousté que yo no tieni nagda que
desiiir. Eso es moucho carrísimo, absoloutamenti.
Monagas se picó: ¿Cuálo dise usté...?; luego cogió
calma y dijo, para justificar debidamente el precio:
Es que usté no se jase cargo, miste, que hoy es lune
de Casnaváa, y que ésa, dispensando el móo de señalar, era caca inglesa?.
EL CARNAVAL, VISTO POR PANCHO GUERRA - II
Por Pedro J. Franco López.
Compendio de las andanzas carnavaleras de Pepe
Monagas.
Compendio de las andanzas carnavaleras de Pepe
Monagas.
Como no podía ser menos, Pancho Guerra, "El
más alto representante de la literatura popular canaria de todos los tiempos”, como
se le denomina en el documento de Yolanda Arencibia: “Pancho Guerra o el amor a lo
propio”, también dedicó su pluma a la más popular de las fiestas
canarias: El Carnaval y, para ello como siempre, echa mano de su personaje de
ficción: Pepe Monagas.
Y, como las fechas mandan, nos hacemos eco de dos historietas
relacionadas con el Carnaval: "De
cuando Pepe Monagas le destupió el "vate colose" a un inglés en Lunes
de Carnaval" y "De cuando Pepe Monagas se
disfrazó".
En esta entrada de Blog nos vamos a referir a la segunda
de ellas:
"De cuando Pepe Monagas se
disfrazó"
Y el segundo de los cuentos, "De cuando
Pepe Monagas se disfrazó", extraemos los siguientes párrafos:
"Los carnavales, (...) los corría mi compadre
Monagas con el trapo tan suelto y margullando en una chispa de tan mala manera,
que cuando abicaba en el catre el miércoles de ceniza, después de churros, caía
como la Bella Durmiente".
Ni el hambre, ni el cañón de las doce, ni una elevada
en el Portón lo sacaban del estado de tronco de olivo en que entraba. En una
maravillosa demostración de euforia y resistencia, Pepito pegaba un mes antes
de las carnestolendas "para ir haciendo boca" y acababa el día de la
Ceniza como un cesto de fruta de esos que se olvidan en el depósito del coche
de horas".
Todos los años Monagas se ponía un disfraz único y
estupendo. En la época gloriosa de Ursula López, se vistió de Ursula López y
cantaba en la Plazuela, exprimiéndose previamente junto a los ojos un pedazo de
cebolla peleona, aquello tan famoso de "Mira, niño, que la Virgen lo ve todo,
y que sabe lo malito que tú eres..."
Otra vez se puso unos cuernos de goma, se encasquetó a
la espalda un caparazón imitando el de un caracol, y se empaquetó luego con
traje de etiqueta, sombrero de siete pisos y corbata de ceremonia. Se había
disfrazado de "chuchango compuesto".
Un Martes de Carnaval, entró Pepe Monagas en el Café
Triana y había perdido toda vestimenta festiva, pero conservaba, eso sí, su
ropa de diario y la chispa. Entre gritos, abanazos, codazos y vaivenes pasó la
entrada y se aflojó sobre una silla vacía del pasillo. Estaba en una de esas
fases mudas de las grandes tajadas, cuando sólo hablaban la actitud o el gesto.
De pronto se animó un pizco y se incorporó otro pizco.
En su cabeza turbia cogió cuerpo la idea de improvisarse un disfraz original y
comodísimo.
-¿Por qué no se va usted a molestar al barranco?
Con un dedo que intentaba, fluctuante, inseguro,
ordenar silencio, Pepe inició la réplica
-Ssss... Yo estoy bien asquí... ¿No estamos corriendo
los casnavales...? Pos yo soy una máscara. Y listón.
-¡Jabón suasto es lo que es usté!-chílló una gorda, a la que estaban
refrescando con agua de San Roque.
-Por ay vas
bien, Michelína-, susurró
Monagas.
-¡Cáyese, peaso de indesente, mejó se fuera a dormí¡!
-¡Bueno, bueno, se acabaron los abusos!-, gritó el dueño, dando una patada
en el suelo y alcanzando en un callo a uno de los cotorrones, que también cayó
en la cama porque era un callo antiguo y como una aceituna del país, y por eso
casi tan malamañado como una puntada en la rabadilla.
-¡Se acabaron los abusos ha dicho! Usted se va a la
calle.
-¡Sss... ! Calma y tabaco, Nicolás... Déjese dir, que
estamos en un establesimiento público y ya sabemos os derechos del suidadano. ¡
Que yo soy federáa de toa la vía!, ¿ oyó? Y a mí atropellamientos de la
suidadanía, no. ¿Tamos? ¡Ah, ya!
-Pero bueno...
-Ni bueno ni malo. Esto es un baile de máscaras, y yo
soy una máscara.
-¿Cuándo aónde es usté una máscara? ¡Miá pa allá!-chilló la gorda.
-¿Cómo cuándo aónde? ¿No me ve disfrasao?
-¡Disfrasao! Miá qué cara...
-Disfrasao, sí, señora... Disfrasao de cáscara de
plátano...
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