viernes, 5 de diciembre de 2014

YA LE TOCABA A PLAYA DEL INGLÉS.

Publicado por el Periódico “La Provincia” el miércoles, día 3 de diciembre de 2014.

Por Pedro José Franco López
Técnico en Patrimonio Histórico y Cultural.
                            
Espaldarazo promocional a la urbanización Playa del Inglés y a la joya arquitectónica del Templo Ecuménico.




Ya tocaba, ya era hora de que Playa del Inglés tocara fondo y comenzara a emerger de la postergación a que ha estado sometida en los últimos veinte años. Se palpa ilusión entre el empresariado de la zona turística de Maspalomas y más concretamente en los de la tan sufrida y maleada zona de Playa del Inglés y no es para menos ante el hecho de que se retransmitirán para todo el territorio nacional, por la 2 de TVE, las misas de los días 7 y 8 de diciembre, dentro del programa "El Día del Señor".

Y es que, independiente de la retransmisión de la Santa Misa (que servirá para dar a conocer la joya arquitectónica más vanguardista de Maspalomas: “El Templo Ecuménico”), será de un gran impacto promocional los reportajes promocionales de doce minutos de duración que se emitirán sobre la zona de cumbre del Municipio de San Bartolomé de Tirajana y de sus costas: zona turística Maspalomas Costa Canaria. Al mismo tiempo también servirá para dar un gran espaldarazo a la Coral de Maspalomas, en su 25 aniversario que, de la mano del incansable Francisco Brazuelos, actuará en el transcurso de las Misas.

La Coral de Maspalomas, nace en el año 1989 de la mano del incansable y perseverante Francisco Brazuelo y le viene como anillo al dedo esta actuación en un templo interconfesional, porque si algo se distingue es por haber tenido entre sus miembros componentes procedentes de distintas nacionalidades, y naturalmente del territorio nacional español, siendo su mayoría canarios y del propio municipio tirajanero.

Y debemos congratularnos todos, pues este impacto promocional y publicitario viene a compensar los esfuerzos de los últimos tiempos por parte de las administraciones, llevando a cabo acciones tanto tiempo deseadas y demandadas, como: humanizar espacios urbanos, peatonalizar algunas calles, acondicionar miradores, crear bulevares, erradicar algunos de los puntos negros que demonizaban la zona (aún quedan algunos por acometer), etc.

Sin olvidar los esfuerzos y el ingenio emprendedor que han tenido algunos empresarios al rehabilitar, renovar y adecuar a los nuevos tiempos y demandas edificios e infraestructuras obsoletas, que si bien en los años 70 cumplieron con lo que se pretendía de ellas, en la actualidad no cubrían las exigencias del turista del s. XXI.

El Templo Ecuménico “El Salvador”

La difusión que va a tener a nivel nacional el Templo Ecuménico servirá sin duda para que, de una vez por todas, tenga el reconocimiento nacional que se merece y que bien podría aprovecharse la coyuntura para que sea incoado el expediente de BIC –Bien de Interés Cultural- por los sobradísimos méritos de todos conocidos.

Por mucho que se diga y escriba, nunca va a ser lo suficiente para exaltar y agradecer el legado que nos deja en Maspalomas el arquitecto Manuel de la Peña Suárez con la obra de El Templo Ecuménico y de permanecer intactas su esencia: Los Restaurantes “La Rotonda” y “El Abanico”, la Iglesia y el Poblado de San Fernando, las Rotonditas, el Hotel Maspalomas Oasis, Bungalows “Los Caracoles”, etc. no cabe la menor duda que Maspalomas hoy hubiera sido un centro internacional dónde estudiar la arquitectura moderna que afloraba por mitad del s.XX en Canarias y España, además del patrimonio cultural de “excepcional valor” que significaban cada una de ellas.

La motivación primera para edificar un templo en Playa del Inglés se debía al “boom” turístico de mitad de la década de los años sesenta del siglo pasado. Al promotor Don Alejandro del Castillo y Bravo de Laguna, conde de la Vega Grande de Guadalupe, le resultaba caótica la masiva asistencia de fieles a la Iglesia de San Fernando de Maspalomas, que los fines de semana desbordaba el templo y se extendían por la plaza adjunta y el Obispo de la Diócesis de Canarias, Monseñor Infantes Florido veía necesario atender las necesidades religiosas de los extranjeros que pasaban sus vacaciones en Maspalomas, al que pretendía darle un carácter ecuménico y, por ende, internacional, como la zona turística dónde se implantaba..
Por lo que resultó fácil que se aunaran los criterios entre ambos, el Condado de la Vega Grande aporta el terreno y asume el coste de la construcción y asigna el diseño y ejecución de la obra al arquitecto del proyecto Maspalomas Costa Canaria: Manuel de la Peña Suárez que será asistido por el aparejador Ulises Medina Hernández; ofreciéndolo una vez concluido a la Diócesis de Canarias.

La edificación, que se inició en 1968 y culminó en el año 1971, resultó ser un edificio de singular arquitectura y se convierte automáticamente en el icono incuestionable y centro neurálgico de la zona de Playa del Inglés.
El templo, segundo de Europa y  primero en España –por aquel entonces- en su modalidad queda inaugurado –oficiosamente-, pués no estaba terminado del todo, el 21 de enero de 1971, en el marco de las actividades que se organizaron con motivo de la Semana de la Oración por la Unidad que se celebraba en la S.I.Catedral Basílica de Las Palmas de Gran Canaria.

Aquella tarde de hace 43 años asistieron al acto del Templo Ecuménico el Obispo Monseñor Infantes Florido, el Cardenal Monseñor Johannes Willebrands (Presidente emérito del Pontificio Consejo para la Unidad de los Cristianos) el conde de la Vega Grande, Don Alejandro del Castillo y del Castillo y sus hijos Don Alejandro y Don Pedro.

Además, les acompañaban el párroco de los pueblos del Tablero y Maspalomas Rvdo. Manuel Montesdeoca Hernández, así como el arquitecto Manuel de la Peña Suárez y los artistas José Abad y Juan Antonio Giraldo, artífices de la verja de hierro y de las vidrieras del templo, respectivamente.

Y  por si no fuera poco el simbolismo de la asistencia del Cardenal Willebrands, también estuvieron presentes los pastores de las iglesias anglicana, luterana, sueca, filandesa y alemana.

En el transcurso de estos 43 años, el Templo Ecuménico ha cumplido la función de ser  el centro donde se celebran cultos de diversas confesiones cristianas de Europa, atendiendo tanto a los feligreses extranjeros residentes en Gran Canaria, como a los que disfrutan de una estancia vacacional en nuestra isla, más concretamente en Maspalomas, que además aprovechan para unirse en oración y proponer puestas en común de inquietudes y trabajos por la Unidad Cristiana.
El Edificio: Arte y Simbología:

El propio edificio del templo, resulta una bóveda “abocinada” que semeja una “proa de nave invertida” con las cuadernas al descubierto a fin de simbolizar “la nave salvadora que unirá a todos los cristianos”, representando a la Iglesia que conduce a la plenitud del Reino. Manuel de la Peña tuvo exquisito y riguroso cuidado en que los elementos simbólicos de los que está plagado, no se identificaran con ninguna confesión en particular.

La Verja de hierro, obra del artista José Abad, que en la fachada principal alcanza los 14 mts. de altura se prolonga por todo el Templo en laterales y gran parte del perímetro del patio interior sumando unos 335 mt.; compuesta por innumerables tubos rotos de un órgano, simboliza “la armonía rota de la Iglesia que espera el día de la Unidad”.

Las Vidrieras, hermosa obra de Juan Antonio Giraldo, la inmensa y omnipresente del retablo principal del templo representa a “Cristo: luz y centro del Universo” y las de la capilla católica que la convierten en un magno Sagrario, representa “la Cena del Señor”.

La roca que hace de altar. El altar, en la nave principal, roca de 11 toneladas que representa a Cristo según lo definió San Pablo en su Primero epístola a los Corintios “La roca era Cristo”.

Como curiosidad, comentar que esta inmensa roca hubo de ser colocada en el exacto lugar y por razones obvias, antes de iniciarse los trabajos del edificio o cúpula del Templo.

El monolito del atrio. La esbelto motivo escultórico que nos recibe nada más llegar al templo representa “la firmeza y profundidad de la fe en Cristo”.

Y un sinfín de elementos que se encuentran tanto en la nave principal del templo, como en la capilla católica; desde el Cristo al Sagrario y hasta el mismísimo atril del Evangelio, todo ello diseñado por el ingenio artístico y creador de Manuel de la Peña.
 


Dejamos para el final el óleo anónimo de Nuestra Señora de San Salvador”, ubicado en la Capilla; datado entre finales del siglo XVII y principios del XVIII, pintura barroca sevillana con claras reminiscencias murillescas,

La procedencia de esta tela está en una colección particular en Sevilla, que la donó al Obispo Monseñor Infantes Florido y éste a su vez, la cedió al Templo Ecuménico. Dada su importancia artística, formó parte de la Magna Exposición “La Huella y la Senda” organizada con motivo del VI Centenario de la fundación de la Diócesis de Canarias.




La Cripta. Una de las curiosidades que encierra el Templo Ecuménico es que en sus sótanos se ha ubicado una Cripta  que, como su propia palabra indica es un lugar subterráneo que se utiliza para enterrar a los muertos y en principio estaba concebida como mausoleo de la familia condal, aunque a fecha de hoy no existe ningún enterramiento en ella.

Esta Cripta, de 333,37 m2.,a decir verdad, es una reubicación de un mausoleo que el condado tenía en una finca de su propiedad en la Vega de San José, frente al Cementerio de Vegueta y que hubo de ser desmontado durante la reordenación urbanística de esa parte de la ciudad. Así que, numerados y desmontados los sillares de cantería de 1,- x 0,50 x 0,42 cms. de alto, se trasladaron hasta Maspalomas y se reconstruyó fielmente, pasando a formar parte de la estructura y simbología del Templo.

Finalmente, y como valor añadido a todo lo dicho, engrandece al Templo la declaración en su conjunto como “Excelente del Turismo” en su edición del año 2002: “Por aglutinar en su encomiable labor religiosa, social y cultural a los turistas en general que visitan Maspalomas y por ser un lugar donde conviven en armonía y tolerancia prácticamente todas las Iglesias oficiales y libres de Europa” y “Porque sin perder ni sacrificar en el transcurso de ninguno de sus aspectos esenciales, se ha convertido en la seña de identidad y el principal punto de referencia de la zona más internacionalmente conocida de Maspalomas: Playa del Inglés”. Méritos que también se extendían a todos los rectores, párrocos y pastores que hubiera tenido el Templo Ecuménico desde sus inicios, así como a las monjas pertenecientes a distintas comunidades religiosas que lo han atendido con tanto mimo, haciéndose mención específica al Rector del Templo Ecuménico por aquellas fechas Rvdo. Jesús Marques Martín-Cerezo que “ha sabido impregnarle el valor espiritual y relieve internacional que posee”.

Esperamos que con esto se haya conocido algo más este Monumento Histórico y Artístico y también Social y Religioso (sin reconocimiento oficial) al que, jamás de los jamases, los que lo concibieron se lo imaginaron escoltado por la agresividad más dura de tres centros comerciales y los paneles publicitarios que ocultan y aplastan su efecto visual y panorámico. Y que de epicentro de nuestra zona turística lo han convertido en icono del antro de más renombre.

 
Aún así y como quiera que Maspalomas no cuenta, ni creo que vaya a pasar en breve, con ninguna obra de Calatrava, Le Corbusier o Kisho Kurokawa, la obra arquitectónica más llamativa, original y atrevida de Maspalomas es la “nave invertida” del Templo Ecuménico “El Salvador”.