Entrevista que me hicieron para "La Provincia", el día 18 de septiembre de 2012 y, que quiero volver a compartir con tod@s, pués la considero totalmente vigente y por mucho tiempo.
Pedro José Franco (San Fernando de Maspalomas, 1949), es Técnico en Patrimonio Histórico y Cultural del Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana
M. PINO PÉREZ
LAS PALMAS DE GRAN CANARIA
LAS PALMAS DE GRAN CANARIA
¿Qué recuerdos le han quedado de lo que fueron Maspalomas y Playa del Inglés hace 50 años?
Me
vienen a la memoria muchas vivencias. Recuerdo que iba a la playa con
mi padre, que era muy mayor, en burro y lo dejábamos en donde hoy está
el Templo Ecuménico y bajábamos serpenteando por unos riscos y bajo los
cinco tarajales que había nos pasábamos el día de playa. Además,
disfrutábamos de la playa vestidos y las mujeres, con sus ropas negras,
se cubrían del sol porque antes tener la piel bronceada era sinónimo de
trabajar en la tierra, no de estar de vacaciones.
¿Imaginó que de aquellas penurias de los sesenta el Sur iba a ser la fuente de ingresos de la Isla gracias al turismo?
En
el caso del Sur esas penurias no llegaron a ser como las que se
vivieron en otros pueblos. Al ser medianeros del Conde la mitad de la
zafra era para nosotros y la otra mitad para el Conde, con lo cual de
comer siempre había, porque queso, verduras y granos no faltaron nunca.
Con la llegada de turistas llegan a nuestras casas los sobrantes de
las neveras de los bungalows que dejaban los turistas a las camareras,
que acababan de dejar la aparcería. El ketchup no lo conocíamos, la
mostaza nos parecía muy ruin. Y todo lo que se va construyendo para
acoger a esos noruegos y suecos nos hace ver que el turismo generaba
negocio.
¿Cómo eran los turistas de los años 60 y 70?
Eran
muy cercanos y familiares. Hacían fotos y se quedaban con la dirección
de las camareras para luego enviárselas por correo. Recuerdo que mis
hermanas llevaron a casa a tomar café a suecos, que no era la primera
vez que venían.
De esa Maspalomas ¿qué le hubiera gustado que hoy aún se hubiera conservado?
Defiendo
el progreso, pero me gustaría que se rescataran cosas que se han
perdido como la filosofía del documento de la sociedad Fomento y Turismo
de Gran Canaria de 1915. El destino Maspalomas tiene playas y spas,
oferta deportiva y cultural, pero la personalidad del canario ha
decaído, el profesional no es tan afable, no sonríe como antes. No se
puede servir con la cara estirada porque al turista hay que enamorarlo.
Pero es que en 1935 Néstor Martín Fernández la Torre marcaba las pautas
de cómo enamorar al turista, y proponía que se arreglaran con árboles y
flores los riscos y linderos de las carreteras, azoteas y balcones, y
mire ahora cómo está la autopista. Tenemos que exaltar nuestro
patrimonio, nuestras costumbres para diferenciarnos de destinos con los
que competimos. En Turquía hablan al turista en inglés, aquí no
dominamos el idioma, además son simpáticos y quizás son más serviles en
el buen sentido, y hasta las colchonetas de la playa son tan cómodas
como mi cama. Es decir, que el destino Maspalomas tiene que ofertar más
calidad y sonrisas porque los turistas se van a gastar el dinero donde
hay más calidad y donde les traten mejor. Insisto en que hay que cuidar
el entorno, no se pueden tener las palmeras de la autopista
abandonadas, y en vez de tanto dinero en ferias hay que hacer más
promoción en la Isla para que el turista la conozca.
Pero es el
operador el que comercializa los paquetes donde el precio es lo que
prima y en ocasiones el turista no llega a salir del hotel. Así no es
fácil hacer que se enamore de la Isla.
Claro, es que en el
operador no tenemos a un amigo, y por eso al que tenemos que cuidar es
al turista. En Gran Canaria, en Maspalomas, tenemos que saber que al
operador le gusta que los destinos sean impersonales porque así mueven a
los turistas de un sitio a otro cuando les viene en gana. Si el
turista se enamora de Gran Canaria pide venir a Gran Canaria y esta es
la forma de lograr que sigan visitándonos porque entre los amigos
también van a contar lo bien que los trataron.
Como vecino de San
Fernando que ha seguido el desarrollo turístico del Sur ¿qué errores
entiende que hay que evitar en los años venideros?
Creo que hay
que cuidar el territorio. Estamos quemando suelo para después irnos a
otro lado. Se quemó San Agustín y nos fuimos a Playa del Inglés, y
después se hizo lo mismo con Maspalomas. Y... ¿Qué va a pasar? Que nos
vamos a ir a Santa Águeda y quemamos Meloneras. Hay que mejorar y cuidar
lo que se ha hecho, porque no todo es hacer cosas nuevas para que los
turistas vayan a esa zona, pues se corre el riesgo de que no haya tierra
que ocupar y por eso es preciso cuidar esos lugares que han gustado
tanto a los turistas.
¿Espera que tras el Día Mundial del Turismo, que se centra en el cuidado al medio ambiente, se aprenda la lección?
Me preocupa si a partir del 27 de septiembre vamos a trabajar en serio
en favor del destino Maspalomas. Se ha elegido la palabra
sostenibilidad para festejar el Día del Turismo, una palabra con
catorce letras, que no entiende todo el mundo, y por eso insisto en que
tras cincuenta años dedicados al turismo debemos tener aprendida la
lección. El canario debe entender que depende del turismo y debe cuidar
por eso el entorno como a su propia casa.
¿Cree que ese mensaje se debía impartir en los colegios o ya ha calado entre los jóvenes?
Siempre
ha existido una barrera entre la zona turística y el pueblo de
Maspalomas, que es la autopista. En el Día Mundial del Turismo tampoco
se ha contado con los vecinos, se ha hecho todo desde las instituciones.
La crisis económica ha hecho que los jóvenes se hayan dado cuenta de
que si se preparan pueden tener empleo en los hoteles, pero deben
estudiar inglés y adquirir una formación.
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