El destino quiso truncar una amistad que venía desde la Escuela de la Orilla de Sardina, dónde nos dieron de leñazos con la regla en manos y culos, hasta llegar a lomos de las burras de la Cruz de Tejeda y, mucho más..., dió para mucho más. (D.E.P. querido Chano Ravelo).
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