Paca y muchos de sus hijos vivieron sufrieron y amaron la Maspalomas
de los años 50 y 60 del siglo pasado y los mayores de la saga recuerdan y
añoran mil y una anécdotas que aún cuentan.
Por
Pedro José Franco López
Descanse en Paz, Paca. Con sólo decir
esto, los que la conocimos, ya sabemos de quién se habla.
Para los que no tuvieron la fortuna de
conocerla, tratarla y quererla, decir que nos ha dejado Paca, la de Serrano.
Paca, la que creó una gran familia junto
a su marido -Serrano-, que por lo prolífica, se sabe dónde comenzó, pero con un
presente y futuro inalcanzable.
Paca y muchos de sus hijos vivieron sufrieron
y amaron la Maspalomas de los años 50 y 60 del siglo pasado y los mayores de la saga recuerdan y añoran mil y una anécdotas que
aún cuentan.
Se trata de Paca, la maspalomera por
adopción, la que no faltaba a una descamisá en el patio de mi casa. Patio de
lajas, con latada, parra, tallero y perimetrado por huerta y muro de tuneras.
Tiempos que, de seguro, no volverán,
pero que nos empeñamos en que perdure en la mente y en la historia.
Nuestro más sentido pésame a sus hijos,
nietos, hijos políticos y demás familia.
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