sábado, 28 de mayo de 2016

A ICO ARROCHA: LA MALAGUEÑA QUE YO NO TE SÉ CANTAR.

AL MEJOR CANTADOR DE FOLÍAS,
LE LLOVERÁN MALAGUEÑAS DE LAS OCHO ISLAS.

Por Pedro J. Franco López
"La Malagueña que yo no te sé cantar".

Ha muerto Don Federico Arrocha Hernández -Ico Arrocha-, el mejor cantador de Folías y al que le lloverán las mejores Malagueñas desde las ocho islas canarias.

Los que tuvimos la inmensa suerte de compartir momentos con Ico Arrocha con motivo del extinguido Festival Regional de Folklore de Maspalomas, al que asistió en varias ocasiones con su Agrupación Folklórica "Guadarfía" y otras reforzando el grupo vocal de otras agrupaciones, sabemos que también ha muerto un hombre sencillo, humilde, modesto, tímido e introvertido; en suma, ha muerto un canario.

Desgraciadamente no tengo palabras para definir lo que significa este momento para toda Canarias, para Lanzarote, para el término Municipal de San Bartolomé y para la Agrupación Folklórica "Guadarfía".

Y parece ser que es la tónica general: mi amigo investigador y folklorista Antonio Betancor recurre a la Malagueña que el propio Ico Arrocha le dedicó a Fernando Díaz Cutillas -Nanino- que decía: "la guitarra hoy se conmueve, el timple llora tu ausencia; el tambor suena en el hierro, y en tierras de la gomera, las chácaras se lamentan".

El concertista de timple Domingo "el colorao", lo hace haciendo uso del verso que le dedicara Miguel Hernández a su amigo Ramón Sijé: "Quiero escarbar la tierra con los dientes, quiero apartar la tierra parte a parte a dentelladas secas y calientes. Quiero minar la tierra hasta encontrarte  y besarte la noble calavera y desamordazarte y regresarte".

Yo voy a hacer lo propio con la prosa que le dedicó José Luis Gallardo a Nanino en diciembre de 1988: "A Ico Arrocha, ahora que gira y gira en la Barca, en ese su instante más libre, sólo le puede consolar la promesa de una Malagueña, que la cante el viento, que la cante la mar, que la entone el pino más alto, que la rasgue la guitarra solitaria, que la acune la madre, que la escuche el pueblo. Su barca fatigada es ya una tabla, un pedazo de ala, una polifonía rota, un soplo en torno a nada. Esto que ahora me obligo a decir, es así Ico, son cosas que no son sonido, ni son silencio. Es la Malagueña que yo no te sé cantar".

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