lunes, 23 de mayo de 2016

PRIMERAS FIESTAS SIN EL CAMPANERO -MAYOR- DESCANSE EN PAZ, RICARDO FABELO, PERSONAJE ENTRAÑABLE DE MASPALOMAS.

PRIMERAS FIESTAS SIN EL CAMPANERO -MAYOR- DESCANSE EN PAZ, RICARDO FABELO, PERSONAJE ENTRAÑABLE DE MASPALOMAS.

Su impronta y sus chascarrillos, surgirán en momentos puntuales y, sobre todo, en las próximas Fiestas Patronales de Maspalomas, en honor a San Fernando, a las que no faltaba ningún 30 de mayo, no en vano fué muchos años el campanero "oficial" de la Iglesia de Maspalomas, mientras transcurría la Procesión.



Por Pedro José Franco López.

Con el fallecimiento de Ricardo Fabelo desapareció uno de los personajes populares y entrañables del panorama social maspalomero; tenía 57 años de edad, aunque este es un dato que ni viene al caso, pues Ricardo fue el eterno niño para todos los que le queríamos en Maspalomas; metafórica niñez, ya que en su comportamiento, razonamientos y saber estar, fue todo un hombre, quizá un adulto prematuro.

Ricardo vivió los últimos años de su vida en Las Remudas –Telde-, en casa de su hermana Milagros y, la notica de su muerte se propagó por todo San Fernando de Maspalomas aquella mañana del lunes, 20 de julio de 2015, dejándonos a todos consternados por lo inesperado y repentino de su fallecimiento.

Múltiples van a ser las anécdotas y leyendas urbanas que estos días se van a desgranar sobre Ricardo, en la seguridad de que todos lo harán con una sonrisa, gran afecto y cariño y así va a ser por muchos años. A partir de ahora es cuando se empieza a escribir la historia de Ricardo y entre todos haremos que personajes como él, nunca se vayan del todo. Su impronta y sus chascarrillos, surgirán en momentos puntuales y, sobre todo, en las próximas Fiestas Patronales de Maspalomas, en honor a San Fernando, a las que no faltaba ningún 30 de mayo, no en vano fué muchos años el campanero "oficial" de la Iglesia de Maspalomas, mientras transcurría la Procesión; como tampoco faltaba a cualquier evento que se celebrara en Maspalomas y, que él, como hombre del pueblo, estimaba que debía estar presente.

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